Libros que marcaron mi vida.

Bueno, a pedido especial de dos amigas hago este listado pese a mi recelo a hacer listas. Pero ahí va aunque sea duro de hacer, es que no sé, eso de escoger libros y demás es una tarea ardua. No serán 10, van a ser más porque 10 es muy mainstream. 

Van sin orden exacto.

 La trilogía de Sábato (El Túnel, Sobre Héroes y Tumbas, Abaddón el Exterminador) – Ernesto Sábado. 

Esta trilogía me llegó en momentos complicados en los cuales, de cada libro me identifico con un personaje, los he releído hasta el cansancio y luche por conseguir versiones raras de los mismo, lo hice pero no fue fácil. 

Supongo que es la cita más quemada del planeta pero me llegó cuando la leí y fue crucial porque con ella una de mis ex-novias me identificó. Ahí les va:

— Existió una persona que podría entenderme. Pero fue, precisamente, la persona que maté. (El Túnel.) 

— ¿O será uno de esos seres solitarios y a la vez temerosos que sólo resisten la soledad con la ayuda de ese gran enemigo de los fantasmas, reales o imaginarios, que es la luz?». (Sobre héroes y tumbas)

— El infierno está aquí. (Abddón, el Exterminador)

El principito – Antoine de Saint-Exupéry.

Fue de los primeros libros que leí de pequeño y por esa época era un joven retoño que no era tan buen lector -tampoco ahora, supongo que hay cosas que no cambian-.  La inocencia del personaje pero a su vez sabiduría de este pequeño niño, sus viajes, todo. 

Los ojos son ciegos. Hace falta buscar con el corazón.

La tregua – Mario Benedetti. 

Algunos saben que yo tengo una especie de obsesión con los poetas latinoamericanos, y bueno Benedetti es uno de esos. 

Este libro que es una especie de diario de un anciano ya casi dispuesto a jubilarse. Es una epístola al romanticismo y la vida cotidiana de algunos de nuestros viejos, es triste pero real. Lo melancólico de la misma la hace hermosa. Ahí les va una de las tantas partes que tengo citadas en mi libro. 

A mí me cuesta ser cariñoso, inclusive en la vida amorosa. Siempre doy menos de lo que tengo. Mi estilo de querer es ése, un poco reticente, reservando, el máximo sólo para las grandes ocasiones. De modo que si siempre estuviera expresando el máximo ¿qué dejaría para esos momentos (siempre hay cuatro o cinco en cada vida, en cada individuo) en que uno debe apelar el corazón en pleno? También siento un leve resquemor frente a lo cursi, y a mí lo cursi me parece justamente eso: andar siempre con el corazón en la mano.

Saga Harry Potter – J.K Rowling. 

De esta no diré mucho, la empecé a leer unos meses después del lanzamiento del primer libro porque estaba enfermo en casa, mi prima tenía el libro y yo lo devoré en un día. Así empezó todo, llegaron amigos, se fueron otros y así. El ciclo de la vida. 

—You’ll stay with me?’
Until the very end, said James.

Rayuela – Julio Córtazar    

A Córtazar lo empecé a leer a tardía edad -creo yo-, eso fue allá en 6to grado cuando mi profesor de Ética me decía con todo el cariño del mundo y cito literalmente: Gúevón, usted tiene que leer, lea algo maricón ¿O es qué quiere ser igual de bruto a toda esa gente de su salón? Y bueno, con tal motivación ¿Cómo negarse, no? He leído gran parte de su obra y me gusta, pero la Rayuela me gusta por como esta construida, no la endioso, solo me parece buena y ya, porque en aquel entonces cuando yo no leía tan frecuente este libro me puso ahí a leer con juicio y me evito un montón de putedas de mi profesor -al cual respeto mucho-. 

“La rayuela se juega con una piedrita que hay que empujar con la punta del zapato. Ingredientes: una acera, una piedrita, un zapato, y un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores. En lo alto está el Cielo, abajo está la Tierra, es muy difícil llegar con la piedrita al Cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo. Poco a poco, sin embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar las diferentes casillas (rayuela caracol, rayuela rectangular, rayuela de fantasía, poco usada) y un día se aprende a salir de la Tierra y remontar la piedrita hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo, (Et tous nos amours, sollozó Emmanuèle boca abajo), lo malo es que justamente a esa altura, cuando casi nadie ha aprendido a remontar la piedrita hasta el Cielo, se acaba de golpe la infancia y se cae en las novelas, en la angustia al divino cohete, en la especulación de otro Cielo al que también hay que aprender a llegar. Y porque se ha salido de la infancia (Je n’oublierai pas le temps des cérises, pataleó Emmanuèle en el suelo) se olvida que para llegar al Cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrita y la punta de un zapato.”

Noches blancas – Fiodor Dostoievsky

Este propiamente no es un libro, es más un cuento pero me llegó y gracias a él tengo una obsesión de visitar San Petersburgo; es que joder, Dostoyevsky hace que uno se enamore de la ciudad por cómo la describe. Sin embargo llegó a mis manos por plena casualidad, a penas llegué a Rusia fue algo así como un recomendado de alguien a manera discreta, había leído una que otra cosita del autor pero nada así tan relevante. Sigo obsesionado con visitar San Petersburgo, ya les contaré como va. 

¡Hay gentes a quienes damos las gracias sólo por haberse atravesado en nuestro camino!

Misery – Stephen King. 

Bueno, del señor King me gusta su obra, es como lo más rescatable que hay en cuanto a terror se refiere. Y bueno el libro es  muy entretenido, ha hecho mis noches más amenas. Pero espero jamás cruzarme con una vieja como la del libro, que puto miedo. 

Confucius say if man want to grow one row of corn, first must shovel one ton of shit. 

Las flores del Mal – Charles Baudelaire

A este señor lo empecé a leer más maduro, y pude tomar una clase en la universidad donde estudié un poco más a fondo su obra, ayudé a una estudiante de literatura con varios ensayos y así; adicional alguien que fue mi pareja movió cielo y tierra pa’ buscar el libro pa’ este pecho y pues por ahí tengo el libro conmigo en Moscú, pa’ que vea que la recuerdo. 

de satan ou de dieu, qu’importe! ange ou sirène,
qu’importe, si tu rends — fée aux yeux de velours,
rythme, parfum, lueur, ô mon unique reine! —
l’univers moins hideux et les instants moins lourds?” 

Todo lo de Tolkien. 

Bueno, la literatura fantástica me ha dado muchas cosas y este señor está ahí, importante en mi biblioteca. Nada más por agregar. 

—Farewell, they cried, wherever you fare till your eyries receive you at the journey’s end!.That is the polite thing to say among eagles.
— May the wind under your wings bear you where the sun sails and the moon walks, answered Gandalf, who knew the correct reply.

Justine – Marqués de Sade. 

¿Recuerdan a mi amable profesor de Ética? Pues nada, el tipo también me dijo un año después cuando cursaba 7mo grado: Tomé, léase esto a ver si se deja de pajear y se convierte en un hombre. Y entonces así llegué a Sade. 

“The only way to a woman’s heart is along the path of torment.” 

La Insoportable Levedad del Ser – Milan Kundera. 

Kundera, llegó por la misma época que Sade pero ya por iniciativa propia y curiosidad. Me gustó en su momento, pero después de leer varias obras de Kundera se da uno cuenta que en cada libro él plasma su visión política y ataca a aquellos que lo borraron de la historia de su país al quemar sus libros y exiliarlo, pero bueno, el libro vale la pena. 

In the sunset of dissolution, everything is illuminated by the aura of nostalgia, even the guillotine.

Pitágoras, el hijo del Silencio – Benigno Morilla 

Este llegó también por recomendación de uno de mis mejores maestros que hoy en día goza del sueño eterno. El libro es un ladrillazo, porque es gigante y desgraciadamente ahora solo se consigue en España porque la librería Lerner lo sacó del Stock, cuando lo leí era un niño que apenas estaba entrado a estudiar álgebra lineal por su cuenta, a ratos con ayuda de un maestro del colegio y en otras situaciones con alumnos de clases más avanzadas, andaba con el libro para arriba y para abajo, nada me separaba de él, estaba ahí, conmigo, siempre, desde entonces y hasta ahora Pitágoras es de mis hombres de ciencia favoritos. 

El Tío Petros y la Conjetura de Goldbach – Apostolos Dioxadis

Misma situación que el anterior libro, llegó a mí por mi profesor, y por este libro tengo ahí una obsesión de investigar la Conjetura de Goldbach. Todo muy loco, he seguido las investigaciones de otros acerca del tema, y terminé leyendo a un ruso que escribe de la misma, el tipo está muy loco. 

The Time Machine – H.G. Wells. 

Este lo leí también hace mucho y fue porque me tocaba para el colegio, pero la situación fue que mi madre me compró el libro en Panamericana -cuando eso yo no conocía las maravillosas librerías del centro- y pues como sabrán se pagó muy caro por el mismo, lo triste fue que el libro me lo robaron el mismo día, no sé como pasó, chillé como nena, mi madre luego me compró otro en una edición horrible doble que venía con la Guerra de Dos Mundos del otro lado, pero amé el libro. 

“We all have our time machines, don’t we. Those that take us back are memories…And those that carry us forward, are dreams.” 

Siete Cuentos Góticos – Karen Blixen 

Este llegó a mí por recomendación de alguien quien hoy día adoro con el alma, le llamó Dulcinea del Toboso y bueno, ella merece todo el cariño del mundo, ávida e inteligente y está buenísima. El libro es raro pero me agrada como conecta las historias, adicional es escrito bajo un seudónimo. 

El asesinato de Roger Ackroyd – Agatha Christie

Misma situación que el anterior, este también llegó a mis manos por Dulcinea, – ¿ven por qué se hace querer la señora del Toboso? recomienda cosas muy buenas-, ella unos días antes de irme del país me dio este libro con varias condiciones -que cumplí a cabalidad- y pues quedé en estado de Shock cuando lo terminé, es que joder ¿Cómo? ¿Por qué? ¡Qué putas! 

Things are simple as a rule. 

Aura – Carlos Fuentes 

De nuevo, recomendación de alguien que por situaciones varias prefiero no mencionar, pero el caso es que este no es un libro es algo así como un cuento -no tan corto- y deja por ahí una cosa rara. Además la manera de escribir de Fuentes es algo que lo hace aún más atractivo. 

Consuelo, no tientes a Dios. Debemos conformarnos. ¿No te basta mi cariño? Yo sé que me amas; lo siento. No te pido conformidad, porque ello sería ofenderte. Te pido, tan sólo, que veas en ese gran amor que dices tenerme algo suficiente, algo que pueda llenarnos a los dos sin necesidad de recurrir a la imaginación enfermiza. 

Y ya, puede que se me escapen libros de Poe, de Mallarmé, de Quiroga, de Anibal Niño pero estoy un poco cansado de teclear, esos los dejo pa’ luego.

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